5 técnicas sencillas para recuperar el enfoque

5 técnicas sencillas para recuperar el enfoque

Alguien te platica algo, y mientras, tu mente vaga por mil lugares. Escribes una nota y al mismo tiempo respondes correos y llamadas. Completas apresuradamente tus tareas mientras terminas tu desayuno. ¿Te suena familiar? Con una vida así de agitada, resulta imposible no tener una mente dispersa.

Esto, además de influir de manera negativa en tu productividad y la calidad de trabajo, afecta tu bienestar físico y psicológico: produce estrés y te impide sacar el máximo provecho de cada instante.

¿Cómo puedes recuperar el enfoque? Éstas son algunas técnicas sencillas que harán una diferencia enorme en tu capacidad de concentrarte.

1. Haz una cosa a la vez. Olvídate del multitasking. El multitasking está sobrevalorado. Hacer varias cosas a la vez no te vuelve una persona más eficiente y productiva; por el contrario, dispersa tu mente, te estresa y evita que pongas lo mejor de ti en cada tarea. Haz una lista de cosas por hacer durante el día; comienza por las más difíciles y termina con las más sencillas. Proponte no empezar una hasta no haber completado la anterior.

2. Aléjate del exceso de estímulos. Muchas veces –sobre todo si trabajas en un entorno ruidoso, como una agencia de medios digitales o de publicidad– aislarse del entorno puede ser de gran ayuda. Cuando necesites enfocarte, deja a un lado tu celular, ponte unos audífonos y escucha música relajante (deja los podcasts o el último disco de Muse para otra ocasión). Asimismo, evita tener una televisión cerca. Entre menos estímulos sensoriales tengas, mejor.

3. Toma descansos. Sabemos que estás muy ocupado, pero tomarse descansos frecuentes no es un capricho o un pretexto para dejar de trabajar: es, por el contrario, una forma de asegurar la concentración y el flujo de creatividad. Cada hora, levántate de tu lugar, haz estiramientos, camina, sírvete un café, platica… Retomarás tus tareas más cargado de energía.

4. Medita. Como resultado de nuestra vida ajetreada, nuestra mente se encuentra dispersa en mil y un direcciones. Al meditar aprendemos a controlar el flujo de energía en nuestro cuerpo y podemos enfocarla para alcanzar nuestros objetivos. Busca un espacio tranquilo y siéntate con las piernas cruzadas. Cierra los ojos y relaja tu respiración. Una técnica para concentrarte es imaginarte como si te vieras en un espejo, y hacerlo desde todos los ángulos posibles: trata de recrear cada una de tus características.  

5. Haz lo más importante al principio. Dejar las tareas más importantes para el final es una pésima costumbre: al final del día estás cansado, te sientes menos creativo y tienes el tiempo encima. Procura comenzar tu día laboral haciendo los trabajos creativos, o resolviendo tareas que requieran una alta carga de concentración.

Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/268905